Tratamiento con rituximab en pacientes con artritis reumatoide en la práctica clínicaestudio RITAR

  1. CAÑAMARES ORBIS, ICIAR
Dirigida por:
  1. Esther Ramírez Herráiz Director/a
  2. Juana Benedí González Director/a
  3. Isidoro González Álvaro Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 20 de septiembre de 2019

Tribunal:
  1. Irene Iglesias Peinado Presidente/a
  2. José Antonio Romero Garrido Secretario/a
  3. Rosario García de Vicuña Vocal
  4. Emilio Monte Boquet Vocal
  5. Loreto Carmona Ortells Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La artritis reumatoide es una enfermedad sistémica autoinmune que produce inflamación crónica de las articulaciones diartrodiales, aunque también puede acompañarse de manifestaciones extraarticulares. Cursa con dolor, inflamación y rigidez matutina y el diagnóstico es principalmente clínico. El abordaje terapéutico es con fármacos modificadores de la enfermedad sintéticos convencionales, biológicos o dirigidos. Rituximab es un anticuerpo monoclonal quimérico que se une específicamente al CD20 de células B, deplecionándolas. El tratamiento no es curativo y precisa ciclos sucesivos. El objetivo principal fue analizar el perfil de utilización de rituximab en pacientes con artritis reumatoide en la práctica clínica real del Hospital Universitario de la Princesa. Los objetivos específicos fueron definir las características demográficas, clínicas y relacionadas con el tratamiento, analizar los factores que influyen en el uso de diferentes esquemas de rituximab y en la duración de la respuesta en la práctica clínica real, así como determinar la persistencia a largo plazo, los motivos de discontinuación y evaluar la eficiencia comparada de tres esquemas de rituximab. Se incluyeron 114 pacientes que recibieron una mediana de 3 ciclos de rituximab, rango de 1 a 11. Rituximab se utilizó en segunda línea, casi un tercio de los ciclos a dosis 1.000 mg por ciclo y la mayoría con pauta de retratamiento a demanda. La duración de la respuesta en los ciclos con pauta a demanda fue 10 meses, en el análisis multivariable los factores que influyeron significativamente fueron la edad mayor de 65 años y haber recibido más de 3 ciclos. La presencia de FR o ACPA positivo y el número de fármacos biológicos previos mostraron una tendencia de mayor duración de la respuesta. La dosis por ciclo de rituximab no estuvo asociada a mayor duración de la respuesta y el tratamiento a largo plazo se asoció con una disminución significativa de la actividad basal pre-ciclo. La mediana de persistencia con rituximab fue 10 años, los factores asociados fueron la seropositividad, a mayor persistencia, la monoterapia en el primer ciclo y haber recibido más de la mitad de los ciclos en monoterapia, a menor persistencia. La dosis media por ciclo no estuvo asociada a la persistencia y a menor numero de línea de tratamiento biológico de rituximab se observó una tendencia no significativa de mayor persistencia. Para la evaluación económica se realizó un análisis de minimización de costes, el análisis con horizonte temporal a largo plazo estimó un coste anual por paciente de 5.541 euro en nuestra práctica clínica PCRITAR frente a 11.019 euro con el esquema de dosis estándar y 4.670 euro según el estudio SMART, primer ciclo 2 x 1.000 mg seguido de 1.000 mg en ciclos sucesivos. El análisis con horizonte temporal a 3 años estimó un coste anual por paciente de 6.476,69 euro en nuestra práctica clínica frente a 10.990,51 euro con esquema estándar y 4.793,63 euro según estudio SMART. En ambos análisis el coste de rituximab fue la partida con mayor peso en el coste medio anual. Según el análisis de sensibilidad, cambios en la dosis por ciclo, en la frecuencia de retratamiento y en el precio de adquisición de RTX produjeron una mayor variabilidad en el coste. El esquema ECSMART fue el más eficiente en la practica clínica, independientemente del horizonte temporal considerado. Como conclusión, rituximab se debería utilizar preferentemente en pacientes seropositivos. La dosis por ciclo no tiene un papel relevante en la duración de la respuesta ni en la persistencia, pudiéndose considerar dosis optimizadas. Evitar el uso de rituximab en monoterapia ya que se asocia a menor persistencia a largo plazo. La pauta de retratamiento fija cada 6 meses no se debería seguir utilizando en el tratamiento de la artritis con rituximab en la práctica clínica. El uso de dosis optimizadas y pauta de retratamiento a demanda supone la mitad del coste de adquisición pero exige un seguimiento más estrecho.